Tú médico, tras un análisis, te ha recomendado utilizar un concentrador de oxígeno, y aparentemente te puede dar un poco de respeto utilizarlo. Nunca has oído hablar de él, y seguramente te preguntes qué es un concentrador de oxígeno.
Pues bien, en el siguiente artículo te vamos a explicar, de forma muy sencilla, qué es un concentrador de oxígeno, para qué sirve y porqué no corres ningún riesgo al utilizarlo, es más, vas a descubrir todas las ventajas que tiene usarlo.
¿Por qué te han recomendado usar un concentrador de oxígeno?
Has ido al médico a recoger los resultados de tus análisis y tras una larga explicación, te han dicho que la saturación de oxígeno en tu sangre es escasa, y lo más recomendable sería utilizar un concentrador de oxígeno para estabilizarla. Sales de la consulta sin saber muy bien qué es eso de un concentrador y no terminas de entender porqué los niveles de oxígeno en tu sangre son bajos. Pues bien, empecemos por el principio, vamos a explicarte qué quiere decir que tu oxigenación es insuficiente, para ello primero desglosamos la importancia del oxígeno en la sangre.
Que la saturación de oxígeno en tu sangre es escasa, significa que tu cuerpo no inhala suficiente oxígeno y por tanto la cantidad que transporta la sangre a tu cuerpo, para que tus órganos realicen sus funciones vitales, es insuficiente.
Para que lo entiendas de forma más sencilla, todo ser humano necesita oxígeno para vivir. Se calcula, que aproximadamente, cada día respiramos unas 20.000 veces, de forma totalmente involuntaria. Todas estas respiraciones, no las podríamos hacer sin nuestro sistema respiratorio, que cuenta con la ayuda de algunas partes de nuestro cuerpo como la nariz, la garganta, la laringe, los pulmones y la tráquea. Además, aunque no lo podamos ver, el aire que respiramos, está compuesto por diferentes gases, entre ellos el oxígeno, nuestro componente clave, que forma un 21% del aire.
Digamos pues que el oxígeno que inhalamos constantemente es el gas más importante para nuestro cuerpo, ya que de él depende que nos mantengamos vivos, debido a que nuestras células lo necesitan como fuente de energía.
Por otro lado, el ser humano tampoco puede vivir sin sangre, ya que la sangre, durante el proceso de respiración, es la encargada de transportar el oxígeno y los nutrientes a todas las partes del cuerpo, para que los órganos puedan seguir funcionando. En resumidas cuentas, gracias a ella sobrevivimos, nuestros órganos funcionan correctamente, nuestro cuerpo combate contras las infecciones, se enfría y se calienta cuando lo necesitamos, etc.
Pero, ¿qué pasa cuando no llega suficiente oxígeno a nuestra sangre? Se produce la hipoxemia, lo que veníamos diciendo antes, lo que puede producir dolores de cabeza, dificultad para respirar, etc. ya que, al no inhalar suficiente oxígeno, la sangre transporta el poco que tiene, pero no el suficiente para que llegue a todos los órganos, y puedan realizar sus funciones vitales correctamente.
Entendiendo qué es un concentrador según si tipo:
¿Qué factores deben darse?
Son varios los factores que deben darse correctamente para que el cuerpo suministre oxígeno de forma adecuada a las células y tejidos del cuerpo. Entre ellos:
- Debe haber suficiente oxígeno en el aire cuando respiramos.
- Los pulmones deben ser capaces de inhalar el aire con oxígeno, y exhalar el dióxido de carbono.
- El torrente sanguíneo debe ser capaz de hacer circular la sangre a los pulmones, coger el oxígeno y transportarlo por todo el cuerpo.
Un problema con alguno de estos tres factores podría resultar en hipoxemia.
Causas de la hipoxemia
La hipoxemia, es decir la falta de oxígeno suficiente en la sangre, puede producirse por algunas causas como la anemia, el síndrome de dificultad respiratoria aguda, asma, defectos cardíacos congénitos en niños y niñas, enfermedades cardíacas congénitas en adultos, neumonía, fibrosis pulmonar, embolia pulmonar, apnea del sueño, etc.
Y sus síntomas más comunes pueden ser dolores de cabeza frecuentes, tener la sensación de que te falta el aire, somnolencia severa, o cambios del estado del ánimo.
¿Cuál es el tratamiento para una hipoxemia?
El tratamiento siempre dependerá de las recomendaciones de un profesional sanitario, y a su vez de la severidad de la hipoxemia, y según el caso, los profesionales en el tema elegirán un tratamiento u otro específico para ti. Pero uno de los tratamientos más comunes es la terapia con oxígeno.
Ahora bien, ¿qué es la terapia con oxígeno y cómo funciona?. La terapia con oxígeno es un tratamiento que te proporciona oxígeno adicional para respirar. Este tratamiento lo puedes recibir tanto en el hospital, como en un entorno médico o incluso desde tu propia casa. Y dependiendo de tu caso, puede que solamente lo utilices para dormir, o para hacer ejercicio y actividades más movidas, o durante todo el día.
Existen diferentes formas de aplicar el tratamiento, en algunos casos se utilizan tanques de oxígeno líquido o gaseoso, y en otros casos se utilizan concentradores de oxígeno, herramienta en la cual nos vamos a centrar en este artículo.
Qué son los concentradores de oxígeno
Los concentradores de oxígeno son una herramienta médica en forma de caja que se encarga de succionar el aire del ambiente, para limpiarlo de los diferentes gases que está compuesto y proporcionar únicamente oxígeno puro, que es lo que tu cuerpo necesita. Es decir, digamos que le proporciona a tu cuerpo oxígeno suplementario.
Y ¿Cómo funciona? La mayoría de concentradores hacen la misma función:
- El aparato mediante un filtro succiona el aire del ambiente.
- Este aire pasa por un humidificador que está lleno de agua desmineralizada, es decir, sin sales ni minerales.
- El humidificador limpia el nitrógeno y los otros gases del aire, dejando únicamente oxígeno puro.
- Y por último, mediante un tubo conectado al aparato y a tu nariz por medio de una mascarilla o boquilla nasal, inhalas el oxígeno puro.
Además según la cantidad de aire que necesites tiene una boquilla reguladora que te permitirá adaptarlo a tu tratamiento. Los concentradores van conectados a una toma de corriente, aunque también los hay portátiles en forma de bolso o mochila pequeña, para que te los puedas llevar detrás cuando salgas de casa.
Los concentradores que van conectados a la corriente varían de tamaño, pero la mayoría son discretos y no muy aparatosos para que puedas conectarlo en una toma de corriente en la habitación en la que estés. Además llevan ruedas para que fácilmente puedas moverlo por la sala, y el tubo que va conectado a tu nariz es lo suficientemente largo como para que te puedas mover sin problema.
Ventajas de utilizar un concentrador de oxígeno
- Los concentradores de oxígeno son la forma más sostenible, segura, y de bajo coste que encontrarás, ya que con ellos no corres el riesgo de fugas ni incendios como podría ocurrir con los tanques de oxígeno.
- Se trata de una herramienta eficaz que te proporcionará el oxígeno suplementario que tu cuerpo necesita para poder llevar a cabo todas tus actividades.
- Están diseñados para que sean fáciles de usar, y cualquier persona pueda utilizarlos desde casa, siempre que un profesional sanitario te lo haya recomendado.
- Además, su estructura está pensada para que puedas moverlo por la habitación sin problema, solo necesitas encontrar un espacio para él, cerca de un enchufe, y más o menos a una distancia de 30 cm de la pared y muebles.
En definitiva, los concentradores de oxígeno están diseñados para que de forma cómoda, eficaz y autónoma, puedas recibir tu tratamiento sin ningún tipo de peligro, y así poder continuar con tu rutina diaria.
